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Cuando cruces por los aires en helicóptero por el Gran Cañón mira con detenimiento la ruta que en 1914 trazó el primer automóvil. L. Wing subió a un Mats 22 Speedster y decidió que llegarían hasta el río colorado. No había camino por lo que tendrían que cruzar abriendo su paso en el inhóspito desierto. Enfrentar la falta de agua, de comida y de lugares apropiados para acampar lo hicieron una verdadera aventura que creó la leyenda del primer automóvil que llegó al río Colorado.

Helicóptero por el Gran Cañón: Colorado Basin

El trayecto comenzó atravesando las arenas del Cuenco del Colorado, con tres sistemas montañosos en alturas de cinco mil pies de altura y luego descendiendo a casi nivel del mar en depresiones dentro del desierto. Desde el aire se podrá mirar los árboles que tuvo que esquivar hasta llegar a roca negra de lava.

Quiso comenzar su descenso desde el hotel El Tovar, en el bosque de pinos de Bright Angel, que desde el cielo presenta una vista espectacular del bello bosque creciendo incluso en las orillas de los riscos. Llegó a un precipicio de dos mil pies. Wing manejaba tranquilamente al borde, en donde un pequeño error lo haría caer sin forma de detenerse hasta el fondo.

Diamond Creek

Wing acampó durante la noche y tomó la decisión de tomar el camino hacia abajo vía Peach Springs y Diamond Creek. El descenso fue sinuoso y extenuante, el peligro de caer era eminente y constante, el riesgo de que el auto se descompusiera o una parte se rompiera sería el fracaso de la expedición. El auto después de todo un día de descenso llegó a su destino.

Se siguió la misma ruta para ascender y tomó otro día salir del Cañón.

El Secreto

Desde el aire el camino puede verse suave y llano, pero hay partes en los que el auto no podía pasar, tenía que retroceder en ocasiones varias millas detrás, otras colocaba rocas para permitir que el auto pudiera avanzar, en algunos puntos subiendo rocas como ningún auto en la historia había hecho. Wing, siendo un conductor experimentado, sabía el punto justo para acelerar sin romper la transmisión. Afortunadamente el Mets 22 era un auto ligero, un auto más pesado no podría haber escalado aquellas grandes rocas.

Cuando llegó al río cayó una fuerte tormenta que creó arenas movedizas justo después de Diamond Creek que tuvo que esquivar, arriesgando la vida. A tan solo una milla del Cañón encontró unos grandes montículos que impedían el paso del auto, se verán claramente para cualquiera que siga el trayecto en helicóptero por el Gran Cañón. Apilando piedras menores formó una improvisada rampa para lograr que el auto trepara y llegar al otro lado. Al llegar se convirtió en el primer hombre en entrar con un auto al río colorado. Su regreso fue festejado a lo grande, muchos pensaban que era imposible, él había demostrado que con voluntad y decisión, todo se puede.