Aquél que realiza un Viaje al Gran Cañón queda tocado, desea expresar algo que despierta en su interior, Kevin Fedarko por ejemplo, escribió un libro, llamado “La Milla Esmeralda: Una narración Épica del recorrido más rápido en la Historia por el Corazón del Gran Cañón”

Fedarko realizó decenas de entrevistas y aborda diversos temas, como los retos de la naturaleza, la ambición humana y el deseo del hombre por controlar a la naturaleza.

En mayo de 1983 sucede una inundación por el desbordamiento de la presa Glen, que no pudo absorber el deshielo repentino de las montañas.

Tres hombres, Kentona Grua, Rudi Petschek y Steve Reynolds deciden utilizar la repentina afluencia para embarcarse en un viaje por el Gran Cañón sin precedentes, establecer un record mundial que nunca sería vencido. Utilizaron un frágil bote llamado “La milla esmeralda”.

Comenzaron su recorrido con buena suerte, durante la noche hubo luna llena, lo que incrementó la marea y haría que su embarcación recorriera el río de una manera aún más veloz. El objetivo era ir del transbordador Lee’s al arrecife del Grand Wash, recorriendo una distancia de 277 millas; un intrépido viaje por el Gran Cañón, durante el cual los integrantes casi pierden la vida.

Fue hasta 1930, con la construcción de la presa Hoover que se logró domar las aguas del que era conocido como el río más indómito de la Unión Americana. Habla de cómo se están construyendo demasiadas presas, demasiadas industrias y de ambientalistas como Martin Litton, que promovieron el uso de balsas de madera, en vez de las de plástico que causan ruido y contaminación con sus motores de gasolina cuando se realiza un viaje por el Gran Cañón.

Los ingenieros, en un intento de evitar el desbordamiento total de la presa, abrieron compuertas que arrojaron chorros de agua por rutas no conocidas en el río, muchas embarcaciones se vieron en problemas, un hombre en un bote murió ahogado y el Parque Nacional prohibió toda navegación que no fuese de emergencia.- Grua no se detuvo, por lo que de pronto su carrera se había vuelto ilegal.

En el trayecto viven muchas aventuras, tienen un contacto con la naturaleza inspirador que hace al lector valorar el tesoro que existe y crea conciencia para que se cuiden y protejan de los abusos del ser humano, hace en realidad a cualquiera anhelar realizar un viaje al Gran Cañón y descubrir esos secretos.

Kenton Grua y su equipo al final logran completar su travesía, viajaron 277 millas en treinta y seis horas y treinta y ocho minutos, usualmente se realiza en dos semanas. El record que vencieron había sido por más de cincuenta horas. El record que establecieron lo lograron desbancar en 2015 un grupo de expertos en Kayak que utilizaron propulsión a vapor para recorrer la distancia en treinta y cinco horas y cinco minutos, pero esa será otra historia de emocionantes viajes al Gran Cañón que se narrarán en otra ocasión.