Al visitar el Gran Cañón por primera vez, muchas personas quedan impactadas a tal grado que sus vidas no vuelven a ser las mismas. Sobre todo personas de una sensibilidad especial, que son capaces de apreciar la magnificencia de la obra magistral creada por la naturaleza. Es una maravilla de la creación que inspira, es venerada y amada como un ícono americano localizado en el desierto de Arizona. Su serenidad está llena de parajes ocultos con cascadas, riachuelos, mesetas y el poderoso río Colorado. Es una travesía que inspira con sus horizontes cambiantes, colores brillantes, tonalidades y el juego de luces del sol.

Por ello, muchos artistas han tomado el Gran Cañón como tema central de su arte, celebrando la belleza de la tierra el sus vastos terrenos que invocan libertad de expresión.

Artistas como Annie Griffith, una de las primeras mujeres fotógrafos en trabajar para National Geographic, quien se cautivó con la escenografía que presenció en el Colorado y obtuvo fotografías bellísimas, aún hoy día se disfrutan los momentos que logró capturar con el lente de su cámara.

Tim Fitzharris, editor asociado de la revista “Popular Photography & Imaging” se ha dedicado a tomar fotografías acogedoras que aparecen en revistas y periódicos en todo el mundo, es un amante de la vida silvestre por lo que su afición al Gran Cañón es comprensible.

Año con año, artistas de todo el mundo se reúnen en el Risco Sur del Gran Cañón, colocan su lienzo en blanco, ubican sus colores ocres en su paleta y comienzan a trazar en el lienzo lo que el paisaje los hace sentir. Conforme avanza el día, los colores, la luz y la percepción cambian por lo que cada artista crea algo especial que sale de su corazón. El arte juega un papel importante en la apreciación de los parques nacionales y la tradición de los artistas se ha convertido en un reconocido evento. Las obras que se producen en dicho evento se presentan en una exhibición con venta al público en los Estudios Kolb. También hay demostraciones gratuitas de artistas durante la semana en diversas locaciones distribuidas a lo largo del parque.

Artistas como Suzie Baker, que pinta paisajes, naturaleza muerta, retratos en vivo comenta que su arte evoluciona junto con ella. Comenzó pintando una simple flor en la universidad que le permitió sentir una libertad que persigue en cada una de sus obras. Ha recibido premios como la mejor en la exposición y selección de los artistas en la “Outdoor painters Society’s Plein Air Southewest”, Mejor en la exposición en “Shadows on the Teache” y muchos más, obteniendo publicaciones en Plein Air Magazine, Fine Art Connosisseur y Shouthwest Art, tiene varias obras en donde plasma el Gran Cañón.

Michael Chesley Johson es un paisajista consagrado que ha pintado en gran parte de norte américa. Trabaja en pinturas de óleo y es frecuente que sea invitado en eventos artísticos al aire libre, algunas de sus mejores obras son las que ha pintado en el Gran Cañón. Ha sido seleccionado como Master Pastellist por Pastel Artists de Canadá.

Marcia Molnar viaja al Gran Cañón los veranos buscando capturar una nueva idea en sus obras. “Nunca me limito a un tema o a un estilo” dice ella y comenta sobre cómo afecta el Gran Cañón sus obras “Tal vez por estar inmersa en esta fuerza vital tan diferente a la mía que deja una marca perdurable de luces, movimientos y colores. La experiencia inusitada tiene el poder de evocar la emoción que después se convierte en pintura”. Es una artista más abstracta, sus pinturas cuentas complejas historias. En una, por ejemplo muestra una oscura nube derramando un caudal de lluvia sobre los riscos y escarpados bordes del Gran Cañón. Su pintura representa a Neinilii, el Dios Navajo de la lluvia. Una deidad traviesa y juguetona que tiene una jarra con agua. Durante los bailes tribales se representa con un hombre enmascarado que realiza payasadas, en las historias baila para celebrar su alegría, le gusta enviar chubascos en los momentos menos apropiados, tan solo por diversión. Marcia Molnar captura esta historia entre sombras y vivos colores.

Gary McAllister no tiene que visitar el Gran Cañón, pues es un artista que vive en Arizona y su amor por el lugar se transmite a su arte. “El Gran Cañón puede ser duro y hasta mortífero… pero es uno de los lugares visualmente más extremos que hay en el planeta, por ello es uno de los más bellos, serenos y emocionales paisajes que se pueden ver. El tiempo y el espacio en el Gran Cañón son incomprensibles por los humanos, tratamos de interpretar y explicar o simplemente experimentar el sentimiento alrededor del Cañón”. Él gusta pintar animales que viven en el lugar, desde ágiles leones monteses que brincan rocas desafiando la gravedad o burros salvajes que escaparon en aquellos primeros años de viajes al Gran Cañón por los pioneros y descubridores.

Muchos artistas se han apasionado a tal grado que una o dos fotografías no es suficiente, han compilado tal cantidad de fotografías que presentan libros con majestuosas escenas, como Gary Ladd en su libro “Grand Canyon, vista más allá de la belleza”, recorre 20 miradores de los riscos Norte y Sur así como más de 100 fotografías internas del cañón para que la gente realmente conozca bien el parque nacional. Si tú al visitar el Gran Cañón sientes esa misma necesidad artística, puedes leer su libro “Grand Canyon, Como, Cuándo y dónde capturar las mejores fotografías” en donde da consejos y tips para que el visitante pueda tomar las más hermosas fotografías durante su visita. Si deseas en tu travesía sacar al artista que hay dentro de ti, es el libro ideal para prepárate, que sepas que cámaras y sitios te permitirán obtener las mejores fotografías de la vida.

Son muchos los artistas que han plasmado, ya sea en fotografías, pinturas o esculturas esa idea incesante que sufren los artistas cuando son picados por la inspiración y no pueden hacer otra cosa que expresar lo que tienen dentro y para lo cual no existen palabras, eso es lo que provoca el Gran Cañón.